Vida, obra y estilo de Juan Ramón Jiménez.
Juan Ramón Jiménez nació el veintitrés de diciembre de 1881 en Moguer, Huelva. Fue hijo de Victor Jiménez y Purificación Mantecón, estudió Bachillerato en un colegio jesuita del Puerto de Santa María y comenzó la carrera de derecho en la Universidad de Sevilla aunque no finalizó sus estudios.
En 1900 murió su padre causándole una gran depresión por lo que en 1901 tuvo que ser ingresado en un sanatorio en Burdeos en donde se enamoró por primera vez de la mujer de su psiquiatra. En 1905 regresó a Moguer y seis años más tarde se trasladó a Madrid. También realizó varios viajes a Francia y a Estados Unidos, donde en 1916 contrajo matrimonio con Zenobia Camprubí.
En 1936 estalló la Guerra Civil en España viéndose obligado a abandonar el país. En 1946 fue hospitalizado de nuevo a causa de otra crisis depresiva. En 1956 la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura en Puerto Rico, donde vivió gran parte de su vida en el exilio y donde trabajó como profesor en la Universidad, tres días después murió su esposa. Nunca se recuperó de esta pérdida y permaneció en Puerto Rico mientras que, Don Jaime Benítez, rector de la Universidad de Puerto Rico, recogió el premio en su nombre. Juan Ramón Jiménez falleció dos años más tarde en la misma clínica en la que había fallecido su esposa. Finalmente fue enterrado en España.
OBRA.
Juan Ramón Jiménez propuso dos clasificaciones de su obra:
-En Eternidades (1916) divide su producción en cuatro etapas: poesía pura, etapa modernista, etapa de progresiva simplificación y poesía desnuda.
-Posteriormente, la clasifica en tres etapas, aunque su producción se caracteriza por una clara unidad:
·La etapa sensitiva(1898-1915) posee dos momentos:
*Primeros libros. Obras llenas de tristeza influidas por Bécquer y por los simbolistas franceses, en esta época podemos encontrar títulos como Arias tristes, Jardines lejanos o Elegías.
*En un segundo momento, aparecen temas típicos del modernismo pero tratados de una forma personal: la belleza, el amor, los pájaros, las flores. Son destacables La Soledad sonora (1911), Poemas májicos y dolientes (1909-1911), Poemas agrestes (1910-1911), Sonetos espirituales (1914-1917) y Estío (1915), donde podemos apreciar rasgos de mayor depuración.
*Primeros libros. Obras llenas de tristeza influidas por Bécquer y por los simbolistas franceses, en esta época podemos encontrar títulos como Arias tristes, Jardines lejanos o Elegías.
*En un segundo momento, aparecen temas típicos del modernismo pero tratados de una forma personal: la belleza, el amor, los pájaros, las flores. Son destacables La Soledad sonora (1911), Poemas májicos y dolientes (1909-1911), Poemas agrestes (1910-1911), Sonetos espirituales (1914-1917) y Estío (1915), donde podemos apreciar rasgos de mayor depuración.
Escribió en prosa Platero y yo, visión armónica del hombre y de la naturaleza a través de la cual cuenta sus vivencias en Moguer.
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Cuando en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos, quedaba claro que Platero y yo era una obra adulta, aunque por su sencillez se adecuara a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos poseían una cierta crítica social, dando lugar una dimensión del autor que muchos tardaron en descubrir. Juan Ramón, en un “prologuillo” a la edición aclaraba: “Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren”.
El poeta tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos, con una segunda parte, denominada Otra vida de Platero, de la que incluso esbozó algunos títulos pero nunca se llegó a publicar.
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...
·En la etapa intelectual (1916-1936) se muestra una poesía más conceptual y compleja que la anterior, dedicada a la minoría siempre. Los títulos más significativos son Diario de un poeta recién casado (1916) en donde el autor experimenta con los temas y las formas y abre una nueva corriente poética que será explotada por algunos miembros de la Generación del 27, Eternidades (1916-1917) y Piedra y cielo (1917-1918). Se trata de poemarios de raíz simbolista en los que el poeta siente deseos de renombrar las cosas para descubrir su pureza original. De ahí la llamada a la intelijencia para que le de el nombre exacto a las cosas. Destaca el símbolo del mar, que apunta a la vida, a la soledad y, al mismo tiempo, a su gozo. Es símbolo del eterno tiempo presente, de la unidad del cosmos, del ansia de eternidad.
·La etapa suficiente está formada, entre otras, por Animal de fondo (1949) y Dios deseando
y deseante (1957). Esta etapa nos presenta un poeta obsesionado por el tema de la vida poética, de la eternidad, del deseo de trascendencia en su obra. El escritor-poeta se vuelve poesía, se crea a sí mismo al escribir: es un dios porque crea, es creador (dios deseante); también es un dios a partir de lo que ha creado (dios deseado).
ESTILO.
Para Juan Ramón la poesía es:
*Belleza. La búsqueda y la expresión de lo bello lo convierten en un poeta conscientemente minoritario. Se ha hecho famosa la dedicatoria de sus obras: A la minoría siempre.
*Conocimiento. Su poesía implica un intenso deseo de profundizar en el auténtico ser de las cosas, en su esencia íntima. Emplea el símbolo.
*Ansia de eternidad. El poema, eterno y perdurablemente bello, sobrevive a la muerte. El poeta se hace eterno al escribir, ya que vive en la memoria.
*Belleza. La búsqueda y la expresión de lo bello lo convierten en un poeta conscientemente minoritario. Se ha hecho famosa la dedicatoria de sus obras: A la minoría siempre.
*Conocimiento. Su poesía implica un intenso deseo de profundizar en el auténtico ser de las cosas, en su esencia íntima. Emplea el símbolo.
*Ansia de eternidad. El poema, eterno y perdurablemente bello, sobrevive a la muerte. El poeta se hace eterno al escribir, ya que vive en la memoria.

3 comentarios:
Julio hemos tenido muchos problemas con este trabajo por ejemplo con los espacios por eso esperamos con nos pongas buena nota!!jejeje
Admiro a Juan Ramón Jimenez, desde que leí "Platero y yo" me fascinó el estilo de su prosa preciosista tan lírica y a la vez tan emotiva. Sin duda es uno de mis poetas predilectos de la Generación del 98.
La verdad me gustaron todos los poemas, pero en especial el poema: ESE DÍA.
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